¿Quién no conoce o ha probado alguna vez el famoso Capuchino o Cappuccino? Pero, ¿sabemos realmente qué es exactamente y cómo se elabora? Vayamos paso a paso.
¿Qué es un Cappuccino?
Si nos basamos en la definición concreta de Cappuccino, podemos decir qué es una bebida preparada con café expreso y leche montada con vapor para darle cremosidad. Su característica principal se la da el café expreso, la textura y la temperatura de la leche, que no debe sobrepasar nunca de los 65 °C.
Sin embargo, podemos afirmar que esta bebida ha cambiado bastante con el tiempo al igual que ocurre con su definición en las distintas partes del mundo. Además, hay que reconocer que la gente interpreta su propia versión del cappuccino, y que en cada establecimiento también es diferente en cuanto a su sabor y textura, por lo que su experiencia cambia de un lugar a otro por completo.
Evolución del Cappuccino
Si hacemos un resumen de su evolución en las distintas partes del mundo, podemos empezar hablando de James Hoffmann el cuál en su libro The World Of Coffee, afirma que la primera definición apareció en los años 50, y cuyo nombre original era kapuziner. Fue creado en Viena, en la primera década del siglo XIX. Era una bebida pequeña que consistía de café listo que se mezclaba con leche o crema hasta que el color de la bebida era similar al color de las túnicas de los monjes capuchinos (de ahí su nombre).
Desde su creación, esta definición no ha cambiado solamente con el pasar de los siglos, sino que además también ha cambiado en los últimos años.
La definición actual del cappuccino en la industria del café especial, por parte de la Asociación de Cafés Especiales (SCA, por sus siglas en inglés) y del Campeonato Mundial de Baristas (WBC, por sus siglas en inglés) lo definen como una “bebida de leche y café de entre 5 y 6 oz que debería crear un equilibrio armonioso entre la leche dulce y rica, y el espresso. Un cappuccino se prepara con un único shot de espresso, leche texturizada y una espuma de mínimo 1 cm de profundidad (medido verticalmente)”.
Podemos afirmar que hoy en día, el crecimiento del sector de especialidad, se enfoca principalmente en resaltar los sabores del espresso, pues es en gran medida el responsable de la reducción significativa del tamaño. Cuanta más pequeña es la bebida, menos leche se necesita, lo cual significa que será más probable que el consumidor sienta el perfil de sabor del café. Y si además se consigue cremar correctamente, la leche podrá resaltar notas de sabor diferentes y únicas del café, que tal vez, de otro modo no se sentirían.
Diferencias entre el cappuccino italiano y el occidental
Se cree que el cappuccino moderno fue inventado en Italia a principios del siglo XX. La diferencia más importante entre el cappuccino al estilo tradicional de Italia y uno al estilo occidental es el aspecto. El italiano tiene una cima de espuma blanca, levemente abovedada, y lo completa un anillo de color marrón de la mancha del espresso en el borde de la taza. En cambio, el cappuccino al estilo occidental de hoy, se decora generalmente con arte latte.
Debido al auge del arte latte, los consumidores están siempre en búsqueda de corazones y tulipanes en sus cafés, sin importar realmente lo qué es. Por tanto, la inclusión del arte latte sobre los cappuccinos, puede tener un efecto negativo en la composición de la leche de los mismos, pues requieren una leche más aireada y podrían perder su esencia.
Como conclusión podemos afirmar que el Cappuccino seguirá evolucionando con el paso del tiempo, puesto que la industria del café no para de hacerlo en las distintas partes del mundo.
¿Cómo elaborar un buen Cappuccino hoy en día?
Siempre hay que partir de una buena materia prima. Lo primero que necesitaremos será un buen café en grano, para proceder después a su correspondiente y específico molido fino para café espresso. Además prepararemos la tercera parte de la jarra de leche entera, bien fría. Y de manera opcional puede agregarse un poco de canela o de cacao en polvo.
El capuchino se prepara normalmente con una cafetera expreso. Las versiones profesionales de estas máquinas extraen el café y disponen además de una boquilla por la que obtiene el vapor de agua que el barista se encarga de introducir en la leche fría, para calentarla a unos 65 °C de temperatura, al tiempo que el vapor crea pequeñas burbujas. El resultado es una capa de espuma gruesa, que debe ser compacta y persistente, y le da al capuchino su característica textura aterciopelada.
A continuación detallamos el paso a paso de manera correcta y profesional:
- Llenar la tercera parte de una jarra metálica con leche fría.
- Accionar la salida de vapor durante 2 segundos, para eliminar cualquier residuo de agua
- Sumergir la punta de la lanza de vapor en la leche y accionar la salida de vapor. A medida que la crema sube y el volumen de la leche crece, bajar la jarra manteniendo la punta siempre sumergida e inclinándola para conseguir un remolino en la leche. No agitar.
- Continuar con el vapor hasta que su volumen se haya doblado (nunca debe superar los 65ºC)
- Para compactar la crema, golpear la base de la jarra sobre una superficie
- Preparar un espresso en una taza grande para cappuccino.
- Verter la leche directamente en la taza, empezando por el centro
- Espolvorear un poco de canela o cacao en polvo si se desea
¡ Y ahora solo queda disfrutar de este buen y delicioso Cappuccino!